Con amor fecundas belleza femenina;
Y das vida…
Es tu vida, que trasciende mujer…
Que vive y muere por dar a la luz
Las verdades de la existencia,
Son gemas valientes más que valiosas;
Y tu…
Como osas hurgar en su mente…
Convencida por muchas mentiras
Y pocas veces con grandes verdades…
Admira tu virilidad que constante provocas
Y buscas alejarla con el cruel astillo;
Otras con palabras que pintan flores…
Al tenerla más convencido por aquella su gracia…
Pierdes la arrogancia;
Más cuando la amas…
Y vas a recorrer los campos sin espinas,
Veras más claro con la luz de su buena compañía,
Tu futuro; que es trascender
Cual semillas que dispersas tú;
Y vuelan como polen, en tierra nueva,
Libremente crecerán, cual obsequio de la vida,
La cuidaras tanto de día; como de noche,
Su buen caminar por la vida dará paso
A la virtud de trascender
Y germinaran los destinos, esto quedará constante…
Cuando sabes que eres padre de una niña,
Que siempre protegerás,
Con sumo cuidado y mesuras,
Velando sus sueños, siempre estarás
En guardia de pie estarás,
Con tu amor de escudo y de armadura la cordura
La nobleza y virtud desenvainada;
Lograras desechar,
Cuan cautivo varonil inquisidor,
Cuando tus ojos descubran el rojo de su corazón,
Que palpita tranquila, ingenuamente al compás de tu maravillosa voz…
Es natural que por muchas noches observaras;
Que es frágil flor que transparente se vuelve cual antorcha vivo fuego que apagar,
Más no, su luz y su esplendor que avivan los dulces vientos que silban cual sauce llorón;
Con ruidos de ramas compartidas de un joven huarango, al oído le dirán que la despertaban de su sueño…
Cuantos sobresaltos inquietos,
Juguetean dentro de su vientre…
Ves crecer con grata esperanza,
Con los meses y los días en dulce espera
Son muchas las hojas que escribiste
Y al aire volaban un mes de agosto,
Cuantas veces soñaste hasta hoy;
Que estabas junto a su cuerpo, una suave flor que abre sus pétalos por primera vez,
Al sentir tu candor que con vehemencia,
Abrigas como un helecho;
Abierto tu pecho que amamantas con tesón
Gotas de vida que darás con amor
A la reina que alumbra tu razón
Que envuelta vivirá en tu regazo…
Hasta escuchar decir con amor
Las primeras frases tiernas que brotan de su corazón …
Aquella fuiste tú que me llenabas con tus latidos y hoy gozo con tu voz escuchándote,
Tu mi hija noble que eres mi gran sueño …
tú el hijo amado mi niño divinamente esperado,
un día fueron parte de mi cuerpo y el mágico regalo de Dios y la vida
para transcender por amor entre la tierra,
el sol y la luna, el cielo y el infinito.
Derechos reservados por la autora Marilu Ccencho Díaz.